jueves, 5 de junio de 2014

El minuto de gloria (La Marea)



El minuto de gloria 

(pincha aquí para ver el artículo de LA MAREA)


05 de junio de 2014



Junio de 2011. Nadie lo sabe pero faltan justo tres años para que su padre anuncie que deja el sillón para que se siente él. El príncipe Felipe está de bolos en Pamplona. Al salir de un acto recorre la distancia que hay entre el coche oficial y una valla que separa a instituciones y a ciudadanos, para, acompañado por el presidente de Navarra, Miguel Sanz, estrechar algunas manos y recibir algunos “guapo” de las señoras mayores allí congregadas. Una chica que se encuentra tras el perímetro de seguridad, en la misma zona en la que las señoras mayores dicen “guapo”, llama la atención del príncipe para entregarle una carta en la que le pide un referéndum ciudadano sobre la continuidad de la monarquía.
Felipe entra al trapo y responde, sirviéndonos en bandeja de plata, de esas que se usan en Zarzuela a la hora del almuerzo o la cena, una escena que tres años después resume a la perfección la situación que estamos viviendo y viviremos los próximos tiempos.
Reparto de la obra: Príncipe Felipe, como la monarquía. La chica que pide referéndum, como las plazas. Las señoras que dicen “guapo”, como la mayoría silenciosa. Miguel Sanz, como el poder político actual.
Con una sonrisa en la cara de Felipe comienza el acto.
No me corresponde a mí convocar un referéndum, le dice el príncipe a la plebeya. Pero puede proponerlo o puede abdicar, responde la chica aquella. El príncipe intenta sentenciar con un: chica, yo creo en el sistema. Yo también creo, le responde, por eso hay que preguntarle a la ciudadanía y que decida ella.
En este momento, con las señoras mayores que dicen “guapo” escuchando en silencio el intercambio entre el príncipe y la súbdita sin decir ni mú, acaban las sonrisas y los versos y comienzan las caras de incomodidad en la jeta real. La poesía se hace prosa: “Mira, yo voy a cumplir con mi deber, he aprendido a hacerlo lo mejor posible y cumpliré con la Constitución”. “Yo no voté la Constitución”, le responde la chica al tipo de sangre azul, que ya busca con la mirada auxilio del poder político. Y el poder político acude a la llamada: “La votó la mayoría”, ayuda Miguel Sanz. El entonces presidente navarro, salpicado por el escándalo del cobro abusivo de dietas e imputado por la quiebra de Caja Navarra, se viene arriba (Arriba España) y amplía a modo de chascarrillo: “Pues la Primera y la Segunda República terminaron como el rosario de la aurora”. Como Caja Navarra, podía haber dicho, pero no, como el rosario de la aurora dice, intentando animar a la grada joven que suele gritar “guapo”.
La chica ciudadana obvia el chascarrillo y responde a lo de la Constitución ya votada con una cita célebre: “Jefferson dijo que el poder constituyente de hoy no puede condicionar el poder constituyente de mañana”. Ha dicho yeferson. Esta es la mía, piensa el niño monarca, que aprovecha la situación para ganar el apoyo de los que dicen “guapo”, dirigiéndose directamente a ellos pare reírse de la chica: “¿Habéis tomado buena nota de todo?”, entre sonrisas, refiriéndose a la cita del tal yeferson. Puta empollona, hubiera querido decir, pero no lo dice porque está muy bien preparado.
Todo monarca sabe que el pueblo fiel y dormido siempre acude a prestar ayuda entregando lo que se le pida. Ganado y cosecha hace unos siglos; ignorancia y conformismo en estos tiempos: “¿Ese es el único problema que tienes en tu vida?”, pregunta un súbdito visiblemente molesto a la súbdita que quiere dejar de serlo. Por fin el pueblo domesticado reacciona con el conformismo que de él se espera. Vuelven los “guapo”, aplausos y más “guapo”.
El príncipe ha pasado el mal trago. Antes de despedirse del escenario deja una frase que define y pone título a esta obra de teatro que realmente sucedió un día de justo hace tres años, y de paso, sin quererlo, define a la propia institución que representa y lanza un reto a las plazas que hoy piden un referéndum: “Desde luego has conseguido un minuto de gloria. Es lo único que has conseguido, porque esto no llega a ningún lado”.
Eso habrá que verlo.

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